Flor carnívora I: incendios
La flor carnívora crece en circunstancias de angustia y desconcierto. Empieza comiéndose cada una de las palabras que habitan en tu estómago, en mi caso: luna-caracol-pasto-estrella. Si llegara a tener más dientes de la cuenta, sentís que se adormece la punta de la lengua y es preciso, entonces, acudir a licores y té de menta, acostarse en el piso frío de la cocina y repetir cien veces: no volveré a cruzar la línea que viene después de la línea.
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