Hiedras II

El viento me devuelve
despeinada
Atravieso los umbrales
parándome bien derecha
como si el remolino de mi pelo
no ocultara mi mejor
arma.
Por las noches soy
adivina
las imágenes aparecen como
señales que anticipan la curva,
las vías oxidadas de un tren sobre
la ruta.
Adivino la cara que vas a poner
cuando me veas llegar
con el pelo entre los labios
enredado como maraña
de pelusas y plumas
¿Podría acaso hacerme una corona
de plumas y pelusas y bailar en la calle
con los perros no domesticados?
Entendería el ritmo de estos
me sentiría cómoda acariciando
mi pelo grueso y opaco
dejaría que mis dedos se entremezclaran
del todo
y para siempre.
Adivino tus preguntas:
¿Es necesario que bailes de esa forma?
¿Podés comportarte como alguien
Como alguien normal?
Adivino tu normalidad mientras
los perros me explican
cómo lamer mi cuero
bajo la luna.

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